viernes, 27 de enero de 2012

Yo robot.

Uno llega al punto de acostumbrarse a las cosas, de levantarse un dia y llegar a hacer lo mismo que haces cada mañana, mirarse al espejo e incluso pensar lo mismo cuando ves tu reflejo y ni siquiera recordar que ayer a la misma hora pensaste lo mismo.
Llega el momento de comodidad, volverse tan cómodo que ya no hay nada difícil. Ya tener una rutina armada. ABURRIDO.
Yo desde que recuerdo como a los 11 años que comencé con mis clases de danza empece con lo que repetía todos los días, levantarme a las 6 de la mañana cambiarme con el uniforme del colegio, mirarme en el espejo hacerme mis dos trencitas que me gustaban mucho mientras que cantaba alguna canción con la que me había levantado, desayunaba, iba al colegio, volvía a casa, me iba a danza, volvía otra vez a casa y por fin dormía, lo único que cambiaba en mis días eran mis tareas para el colegio o preparar las cosas para el otro día, pero cada semana se repetía todo otra vez. Con esta rutina perdí muchas cosas, amigos, salidas, novio y hasta algunas relaciones de la familia.
Cuando mis clases en el colegio terminaron me jure no tener una rutina, hacer de mi vida algo mas divertido, no tener que vivir la vida como robot. No tener que repetir cada palabra todos los días. Es diferente desde que me fui, cada día solo tengo planeadas las obligaciones lo que sale después como planes imprevistos salvan mi vida.  Ya no vuelvo a mi casa a cargar mis baterías de robot, vuelvo a recordar lo nuevo que hice en el día. Espero no volver a ser un robotito, no caer otra vez en la comodidad.

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